..sobre abrir paréntesis

No encuentro nada más bello, en cuanto a dinámicas vivenciales, que caminar lento y mirar los zapatos. Detenerme, quitarles alguna mugre, ver las grietas, ver una piedra, pensar, soñar, Imaginar que estoy en un video musical, luego hago una pausa, subrayo algo y ya. El resto ya son posturas sociales. Lo que siempre vale es la experiencia propia, ya que es la que, en un cien por ciento, depende de uno y no del afán de sobresalir. La eterna tendencia a quedar bien, leía por ahí.

Y en medio de todo lo que hacemos, tenemos la oportunidad de abrir paréntesis. Un libro puede ser un ejemplo, por medio del cual nos abstraemos. También, en medio de texto gigante llamado cotidianidad, uno puede poner comas, o sea pausas; también puede uno poner puntos para pasar al otro párrafo. Cuando fingimos ponemos comillas, cuando nos exaltamos ponemos tildes, negrillas o mayúsculas. Todos en algún momento pondremos o nos pondrán el punto final. Cada quien maneja diferente tipo de letra.

Ahora tengo varios paréntesis abiertos. Cada vez abro más pero también cada vez cierro más. Eso es lo interesante. Hay paréntesis ahí, uno sobre La bailarina de Izu de Yasunari Kawabata, ahí se está gestando algo y solo lo sabré cuando lo cierre. Hay otro abierto, sobre Héctor Abad y la relación con su familia. Hay un paréntesis mágico, ya abierto, sobre Henry David Thoreau, mi nuevo ídolo.

Hay gente que solo vive su propia vida y no abre paréntesis. Eso lo vi en una entrevista: solo viven su propia vida, se pierden de ver todo lo que hay ahí. Se la pasan, por lo tanto, escribiendo su historia de corrido, sin paréntesis ni comas, con una letra blanco y negro. No viven varias vidas sino solo una. 

Y sí, sigo maravillándome de caminar y de tener oídos con los cuales puedo mezclar música, con los cuales me maravillo cada vez que un beat o un teclado diferente afecta mis sinapsis. Me maravillo de poder transmitir un conocimiento, un dato y una sensación y saber que han sido bien recibidos. Es mi aporte.

Basta respirar, enseñar y caminar.

P.D.
(….Escribir, buscar y observar. Este señor, Henry David Thoreau, le escribió unas cartas a su conocido G.O. Blake hablándole de la vida. Todo está en esta obra maestra, se los recomiendo. Lo pueden maridar con salmón, jugo de lulo y la literatura de Yasunari Kawabata, esa sí más aterrizada, cotidiana, plana y descriptiva. Maridar lo existencialista con los relatos cortos japoneses..maridar lo bello de leer con lo bello de transmitirles…)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.