Tardes en La Tapería, sin tensiones comerciales

Ayer hubo algo relacionado con la buena gastronomía, ya que fui invitado a un buen sitio en el barrio La Macarena. El sitio se llama La Tapería, es español, el barrio es hermoso, uno pasa por las Torres del Parque, por zapaterías y demás. Rómulo y Remo también queda cerca, por cierto. Entonces caminé y me estaban esperando unas patatas bravas, jamones, queso azul y pulpo. Luego siguieron unas cuantas albóndigas exquisitas y al final todo cerró con crema catalana de maracuyá. Después bajé hacia la séptima, luego hacia la trece y entré a unos workshops en los que hablaban de simulaciones Montecarlo y escenarios container. Siempre uno encuentra cosas diferentes y siempre he pensado que el término “simulación Montecarlo” suena elegantísimo, como de la realeza.

Leí noticias sobre Ecopetrol, ya que anunció que repartirá el 80% de sus utilidades, aproximadamente 9.2 billones. También hubo subastas de tasa fija, cuyo resultado fue publicado tarde; pero valga la aclaración: cuando siempre algo sale tarde, pues deja de ser tarde para volverse habitual. Aplica para todo. También vi futuros específicos por 143 mil millones, de hecho hoy se vencen los H, los de Marzo, así que por ese rubro habrá demanda de fix en los brókers. Terminología específica para los futuros específicos.

Por último les quiero dejar un tip financiero: si alguien les pregunta porqué subió o bajó el precio de algo y no tienen ni idea, pueden decir que fue por las tensiones comerciales con China. No tiene pierde.

Buena suerte para hoy.

P.D. Quiero felicitar a la gente de Investigaciones económicas de mi Corficolombiana y de mi Casa de Bolsa. Ayer ganaron varios premios en el evento de la Bolsa con Portafolio. Abrazos.

Un bello poema en inglés de Mari Evans

Ayer las entidades financieras demandaron Tes de corto plazo al 4.75%. Eso significa 350 mil millones de pesos en títulos colombianos a un año. En el mismo momento, no sé, aproximadamente a las 10:30am, me llegó un pop-up de una oferta de bonos de Aruba. Y pues sí, allá no es todo playa pa’ curarte el alma sino que también veo que hay mercado financiero; era un bono a septiembre de 2023 al 4.143% (esta rentabilidad es en dólares supongo). Y en Estados Unidos salieron 16 datos medidores de su economía, unos buenos y otros malos.  Esto es lo que llamamos globalización: datos de aquí y de allá disponibles en microsegundos.

Pensaba también en el comportamiento humano, algo que cada vez me inquieta más, diría yo que es normal tener desafueros en cómo debería ser el comportamiento, precisamente eso nos hace humanos. Pienso que, en el ser humano, es muy congruente ser incongruente. No todo nos gusta, habrá cosas que despertarán más o menos pasión. Y así va la línea recta hasta que se corta (o la cortan). Algo debo agradecer, por cierto: ayer una querida amiga de Bloomberg me llevó un calendario muy lindo, con gráficas que parecen obras de arte (o al revés).

Algo de congruencia queda, miren este poema de Mari Evans: “I Will bring you a whole person, and you Will bring me a whole person, and we Will have us twice as much of love and everything”. Para que lo dediquen con mucha congruencia, aquí o en Aruba.

El agibílibus, los récords Guinness, lo líquido y lo sólido





Ya saben cuál es para mí, la principal fuente de cultura y sabiduría, por encima de muchas otras fuentes, de hecho sobra mencionarla. Ahondando en esa fuente, con portaminas en mano por cierto, aprendí una palabra ayer: agibílibus. Agibílibus, una delicia de palabra. Significa la habilidad para procurar la propia conveniencia. Es decir, si alguien siempre quiere sacar tajada y lograr el iterado CVY (¿cómo voy yo ahí?), ese personaje, déjenme decirles, posee altos niveles de agibílibus en su ser. En su aura, si es que la tiene. Pero esto no es del todo malo, es normal tener en nuestra personalidad algo de agibílibus, no puede ser que todos seamos hermanitas de la caridad, estoy seguro que casi siempre que actuamos una de las motivaciones, aunque sea una, es lograr un beneficio propio. Si yo amo a alguien, puedo ser el más romántico pero en últimas lo hago porque me está dando beneficios, porque la paso rico con ella o con él.

Divagaba entre más conceptos y vi en el periódico que Hugh Jackman, el actor de Wolverine, fue merecedor de un récord Guinness.  Lean bien porqué: por tener la carrera más longeva en un mismo personaje en alguna película de Marvel. No podía creerlo, me dio mucha risa lo rebuscado del premio. Seguramente entonces a alguien de Padres e Hijos le van a dar el récord Guinness por “tener la carrera más longeva en un seriado pero que no se transmite en la hora de la noche sino en la hora del almuerzo y es del canal Uno (qué sé yo)”. Mil cosas pasan en la vida, mil cosas que percibo.

De hecho hay algo de lo que me percaté ayer: el mundo financiero es el único lugar en el que Líquido y Sólido son sinónimos. Piénsenlo y verán que sí.

No numbers today.

Onigiris, meditaciones y el facilismo de los domicilios

Por lo general, no siempre, los domingos salgo a comprar pandebonos o buñuelos para el desayuno, a un sitio que queda aproximadamente a tres cuadras de distancia. Voy, veo gente, a veces oigo música y llevo a mi perrito Cristo. También voy a la tienda que queda ahí abajo a comprar víveres. Ayer, mientras pagaba unos huevos y un jugo, la señora cajera hablaba por teléfono. Estaba apuntando un domicilio: “un tomate, una cebolla y dos bananos, vecina”. Me quedé esperando y la oí decir que a donde debía llevar el domicilio era ahí al lado, precisamente al lado del apartamento. El gallardo y proactivo cliente estaba pidiendo un domicilio a la tienda que quedaba a dos pasos de distancia. Sonreí, me despedí y desayunamos delicioso.

Ningún momento es mejor para meditar que cuando uno lava platos. Me encanta hacerlo. Me acordé de lo ocurrido el fin de semana, del mercado financiero y del sitio al que fui a comer el viernes: se llama Kurenai, es relativo a toda la cultura manga y anime japonesa, es hermoso, las meseras están vestidas como las maid del distrito Akihabara en Tokio. Comí onigiris en forma de oso panda, gyosas y el Kurenai Maki. La delicia total, buen sitio temático para que lleven a sus niños y niñas.

El sábado preferí caminar en vez de pedir a domicilio. Y luego el domingo la carrera 19 estaba atestada de bicicletas con la cajita anaranjada. Pensé en cuánta gente solicitaba domicilios. Un tomate, un jugador de fútbol o una revista. Caí en cuenta que el color anaranjado de las calles es directamente proporcional al nivel de pereza  de la sociedad. De ahí el éxito.

Homenaje a Karl Lagerfeld en la cloud, o sea en las nubes

Ayer el mercado empezó y la dinámica fue endulzada por el mejor waffle de la historia: calientico, con miel, humeante y envuelto en un papel aluminio. Abrí la bolsa, venía un durazno y luego apareció. My Valentine, o sea mi esposita, me lo había empacado. Luego empezaron los bids, los offers, los one-shot, los choice, los one-show, las estopeadas y las estropeadas. El dólar terminó a 3.123 pesos y les presento dos cierres, uno de tasa fija pesos y otro de tasa fija UVR: 6.42% para agostos de 2026 y 2.355% para febrero de 2023. Todo esto es lenguaje especializado y seguro si le hablo de esto al oído a una gestora de fondos en un ascensor (o algo así), seguro algo de interés preservaré para futuro.

Algo que también quedará para el futuro es el legado de Karl Lagerfeld. De hecho ayer, a manera de homenaje, usé unos pantalones diseñados por él, una edición especial de Falabella. Ahí estuve con ese diseño, estuve haciéndole varios guiños a la moda y al “joie de vivre”, mientras asistía a reuniones en las que hablaban de ambientes testing y ambientes cloud. Un ambiente cloud para mí es como estar en un ambiente en el que uno está en las nubes. Algo así, literal. También aprendí que uno puede estar en buy-side, el de comprar, o en el sell-side (el de vender). ¿En qué lado estarían ustedes?

A veces estaríamos en un lado y a veces en otro. A veces cargamos archivos en la nube y a veces estamos en las nubes. Así es la vida. O como decía Karl: tengo los pies sobre la tierra; pero no en esta tierra.

Buena suerte para hoy….

Un postura One Shot ante el agite financiero

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Ayer estuve cotizando el precio de un Tes con un cliente amigo y oí un término que me encantó; lo explicaré a continuación. La escena es la siguiente: Está el ruido de la mañana, la gente llama, un comisionista le pregunta al otro que cómo la ve, hay risas, llantos, a veces groserías, vallenatos, loops, bloombergs, le dan para arriba, para abajo, la gente pelea con las pantallas y así. Casual. Entonces mi amigo me pregunta que a cómo le compro tal título y yo le dije que no estaba muy interesado (en el título) y que solo me interesaría comprarlo al 5.97%. En el argot financiero, para abreviar se dice que compro al 97. Él, muy diligente y sagaz, me dijo que iba a decirle a su cliente que tenía 97 one shot. Yo me sonrojé, pensé que me estaba ofreciendo licor o que me estaba hablando de una canción de Beastie Boys (sure shot), no sé, pero se refería a que le iba a dar a su cliente el precio del 97 una sola vez, a manera de presión; es la versión inglesa del “lo tomas o lo dejas”. One shot.

 

Aplica este término para muchos ámbitos. Por ejemplo ayer se negociaron 68 mil millones en los sofisticados y vanguardistas futuros de referencia específica, entonces yo puedo decirle al comisionista que tengo posturas de futuros al 103,4 one shot. Me encanta el término. O si quieren invitar a su pareja al Baum festival, que va a estar buenísimo, le puedes lanzar una propuesta One Shot. Ponerle un plus ahí a ver, lo tomas o lo dejas bebecita (o bebecito).

 

Sirve también cuando estamos en el filo; Es precisamente ahí, en el filo, cuando más debemos ser nosotros mismos. One shot, lo tomas o lo dejas.