Burgermaster y mi amor hacia Jill Santopolo

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Me encanta el concepto de Burger Master así nunca asista a ningún restaurante de los participantes. No sé, como que nunca coincido, personalmente me parecen algunas muy dantescas y a veces las filas son bastante prolongadas; ayer miércoles festivo incluso estuve buscando una en Cedritos pero lastimosamente ya la habían cerrado, ya no existía. Además ya he tenido exceso de burger double meat fashion por haber comido el viernes en Sierra Nevada y el lunes en Voodoo. Voodoo people, como la canción de The Prodigy. Lo que me encanta es la dinámica de la gente en redes sociales posteando cada hamburguesa que va consumiendo. Hay unas ya pasadas, como de cuatro pisos, unas con jalapeños, con tomates secos, otras con plátano maduro y otras con varios aditamentos poco usuales.

Miren lo que me escribió una lectora sobre una hamburguesa cuya marca no importa: “…..no soy tan buena escritora, lo único que puedo decirte es que su sabor balsámico se siente suavemente, su pan gratinado es tostadito al igual que la cebolla, la carne un poco seca para mi gusto, calificación 8.5/10….”. Lo máximo, ¿no les parece? pura poesía gastronómica. También hay gente que postea y pega los súper mordiscos en las historias de Instagram, en Twitter y así. Es un buen evento para que pillen, se reúnan con sus amigos y coman barato.

Había dicho que quería ir a La Feria del Libro en un día hábil y que podría ser el miércoles. Claramente no caí en cuenta que ayer fue festivo. Sin embargo es casi un hecho: el viernes estaré por allá. Quiero ver títulos raros, quiero ir con la placidez de un día hábil, solo, con mis audífonos, no con la algarabía colectiva de un día festivo. Les contaré.

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Y por último ya acabó Abril. El dólar cerró a 3.232,91 pesos, los Tes de julio de 2024 cerraron al 5.91% y los de agosto de 2026 al 6.342%. Cerró todo sin inconvenientes y hubo Tes de Corto plazo al 4.75% con vencimiento 11 de marzo de 2020.

La literatura continúa y “La luz que perdimos” de Jill Santopolo va muy bien, es una historia de un amor que se gestó en Nueva York, es un amor de Bloomingdale’s, del Upper side, de pizzas, de mozzarepas y escotes halter. La historia entre Lucy y Gabe va avanzando. Ya saben que lo puedo prestar cuando lo acabe, excepto a quien me tenga algún libro en este momento. Estoy enamorándome de Jill Santopolo, la imagino escribiendo este libro, la imagino redactando todo allá en Nueva York.

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Estoy amando a Jill Santopolo, es hermosa.

Una de las frases rescatables: “Es lo que tiene el amor: nos hace sentir infinitos e invencibles”. Ah, el amor, así es.

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