(fuente: https://twitter.com/hillaryclinton)

Comienzo con un dato interesante: el pasado 2 de noviembre en nuestro hermano país México, el dólar abrió a 18.78 y cerró a 19.33 pesos mexicanos. Es decir, se devaluó un 2.93%, algo que para un solo día es bastante. Esto se dio porque ese miércoles cundió el pánico por el avance de Donald Trump en las elecciones de EEUU frente a Hillary. El susto allá llevó a la devaluación. Por acá vemos un dólar a 3.066 pesos y también tenemos nuestros propios temores. Creo que la misma historia nos demuestra que las encuestas no dicen mucho: no más recordemos el episodio del Brexit y el episodio del Sí y del No aquí en Colombia. Así como el temblor que sentimos hace poco en Bogotá, que sacudió temores y también sacudió redes sociales, asimismo debemos estar preparados porque en el mundo (y Estados Unidos está dentro de ese mundo) puede pasar cualquier cosa.

(algo así eres tú…algo así fue la trucha… fuente: https://www.martinberasategui.com/)

Ayer de alguna forma mitigué y resguardé esos temores con un almuerzo delicioso: una trucha crocante en la parte de atrás, con ajonjolí y algo de esencias thai, con spaghetti tres quesos la locura. La comía muy lentamente con jugo de mango mientras oía a 2 Door cinema Club, leía sobre gasolinas que suben, sobre estaciones de Transmilenio que se inundan y sobre problemas de metales en las atracciones de Mundo Aventura. Claro, hablando de metales, estuvo aquí Metallica dando su concierto; grupo cuyo líder James Hetfield, por cierto, es muy parecido a un primo mío. Ese parecido fue un aspecto clave en mi formación pueril.

Anoche, luego de terminar una exposición académica sobre planes de negocio muy interesante, el profesor se despidió de nosotros y nos deseó una Feliz Navidad. De primerazo noté todo como muy a destiempo, pero no: ya estamos a un mes de navidad, es más estamos a 27 días para que empiece diciembre. Ya acabó Halloween, con Harley Quinns, Minnie Mice (el plural de mouse) y caballeros Jedi pedidores de galguerías ahítas en glucosas refinadas y bastante artificiales. Ya esto terminó, ya la decoración empieza a cambiar.

Feliz puente y mitiguen sus temores con amor, cine y música.