El viernes por la noche a Katy le cayó un poco mal el clima de la ciudad, produciéndole un poco de rinitis, razón por la que se vio obligada a usar un pequeño pañuelo, además ella creía que el clima aquí era un poco más caliente y tropical. Nos agradeció el hecho de haber ido, máxime estando en estas alturas y con todo lo que implica ir a un concierto. Creo que a mí me miró a los ojos directamente, pero eso yo no lo puedo comprobar con argumentos o medio verificable, solo con la fe y la esperanza. Yo estaba feliz y las cosas salieron espectaculares. Ella empezó con Roar, hubo caballos, alusiones a Egipto, muchos gatos haciendo guiños al musical famoso de Cats, algo de tap y mucha emoción. Ella sacó entre el público a una niña que se llamaba Mariana, a quien confundió inicialmente con “Mañana”, pero luego cayó en cuenta que Mañana no era un nombre sino la traducción de Tomorrow. Supongo que Mariana ha de estar todavía en las nubes viendo estrellitas y sintiéndose la más afortunada. La versión que cantó de Hot n’ Cold fue muy de musical, efectívamente muy de Cats. Hubo una versión acústica de “The one that got away”, intercalada con “Thinking of you”, hermosísima. Toda ella hermosísima y talentosa. “International smile” me encantó, hubo alusiones a “Gin and juice” de Snoop Dogg y “this is how we do” fue cantada como si fueran en una caravana.

Luego de las minutas del concierto y de buenas teloneras como Tinashe, les cuento que el viernes por la mañana los Tes se valorizaron bastante, con referencias bajando hasta ocho puntos básicos, como por ejemplo los julios de 2020, que se fueron del 7.06% al 6.99% y los septiembres de 2019, que se fueron del 6.90% al 6.82%. El dólar sigue por debajo de los 2.900 y, con unos tesoros muy estables, llegaron por la tarde las otras minutas, las del Banco de la República. Hay malas perspectivas de crecimiento e inflaciones que deberían converger, aunque por ahora los datos reflejan otra realidad; estaremos muy pendientes de qué sigue ocurriendo esta semana. Por ahora les cuento que una señora llamada Svetlana Alexievich recibió el Nobel de literatura al plasmar en sus páginas la catástrofe y el drama humano. Así empieza la semana, con una ópera al parque que se ve muy agradable hasta el 21 de octubre y con la gran premisa, tan cierta pero tan poco recordada, de que una bomba hace más ruido que una caricia. Brindemos caricias, el arma más silenciosa y efectiva.