Hoy es un día muy importante para el amor y para el arte. Para lo primero no hay necesidad de explicación; siempre el hoy será un buen día para el amor de todo tipo. Respecto a lo segundo, es un buen día para el arte porque, aparte de sus múltiples manifestaciones que por lo menos yo percibo a diario (los ritmos, las letras, los olores y las formas), hoy se estrena un hermoso documental llamado “Florencia y la galería Uffizi” en los teatros de Cine Colombia. Solo es desde hoy hasta el domingo, no se lo pierdan. Es espectacular, ya que al ser en 4K y 3D, terminología técnica referente a calidad excelente y tercera dimensión, podemos ver detalles en las esculturas, construcciones y cuadros que no veríamos con la simple y llana mirada in situ. Tuve la fortuna de verlo ya y quedé loco.
Cuando salió perfectamente filmado el cuadro “El Nacimiento de Venus” de Alessandro Filipepi, quien después cambiaría su nombre a Sandro Botticelli, casi me da síndrome de Stendhal, me dio taquicardia y me salió una lágrima de la emoción. Todo este gusto por Botticelli viene desde que me leí hace exactamente dos años y medio el libro “Retrato en Claroscuro” de Sophie Chauveau. Entonces, volviendo a lo del documental, este hace un recorrido por toda Florencia para terminar en la famosa galería Uffizi (que traduce Oficina, ya que cuando se construyó no planeaban que fuera una galería). Dicen que la arquitectura es música congelada, y sí. Lo es. Muestran la cúpula de la Catedral de Santa María del Fiore, la majestuosa estatua de Neptuno y la Plaza de la Señoría, entre otros lugares, para ya entrar luego a la galería y mostrar esculturas y cuadros.
Me llamó mucho la atención la explicación que de los cuadros daban los expertos. Para ponerles un ejemplo, vean este:
Es la sagrada familia, pintada por Miguel Angel. En pocos cuadros María cobra un papel tan terrenal, por decirlo así. Pero no es mirar a los tres integrantes de la familia y ya no más. Si notan el muro, un ángel y los hombres, decían que todo tiene que ver con un pasaje de la Biblia, si no estoy mal con la carta de San Pablo a los efesios. Independientemente de que esté bien lo que aquí les plasmo, el quid del asunto es aprender a leer un cuadro, ya que es poesía, sino que con imágenes en vez de letras. Qué belleza.
Veo que aquí en este blog carezco de límites para el espacio, así que me puedo mover más fácilmente. Es como cuando un corredor de carros cambia de la renoleta roja al Ferrari, qué sé yo.
Fíjense en este cuadro, por ejemplo:
Se llama “La anunciación” y lo pinta Leonardo da Vinci. En el documental preguntan -¿cuál es el eje central del cuadro?-. ¿Ustedes qué responderían? Se los dejo de tarea, en el documental lo sabrán. Es lo que se llama Arte figurativo. Más y más belleza.
El documental es narrado por un actor, quien hace el papel de Lorenzo de Médici, llamado también Lorenzo el Magnífico. Siempre se inflaba al decir que se respira aire en Florencia, que Florencia moldeó el arte y el arte moldeó a Florencia, y tiene toda la razón. Dice la historia que los Médici no es que fueran muy bonitos, de hecho en el libro de Retrato en Claroscuro hablan del prognatismo atávico, que no es más que tener la quijada prominente y de transmitirla de generación en generación.
Me encantó cuando Lorenzo de Médici, quien a su vez era hijo de Piero el gotoso, dijo con aire de nostalgia: “oh, Sandro, cuántas obras has creado!”. Lorenzo cuenta sus anécdotas en ciertos momentos, mientras muestran todas las obras. Al final todo remata con las tomas del David de Miguel Angel, una obra con una perfección inexplicable. Las venas, las curvas y los músculos tallados es algo que con esa tecnología se puede ver a la perfección. Es este:
Hay varios datos curiosos como el siguiente: si ven el primer cuadro en la parte de arriba (Primavera), vemos que hay muchas flores; pues son aproximadamente 500 especies diferentes con todas sus características (forma, color, textura) perfectamente plasmadas.
Como ven son todos poemas hechos con imágenes, escritos con un pincel. Allá en Florencia. Ahí en mi corazón.