Continúa la fiebre de películas y de series de tronos pero ya cuando todo está tan febril entonces ahí es cuando ya no debo contribuir más en el extremo paroxismo. Oigo cada vez más que los récords de taquilla y ya, ya estuvo bien. Seguir adelante es lo que se debe hacer, hay mil temas, más, el ser humano cae en errores cuando sigue iterando las mismas noticias, ahí es cuando caemos en la secta del totalitarismo y el aburrimiento.

De hecho hay cosas que me llaman mucho la atención; cada vez me sorprendo más ante la inutilidad de un noticiero y en general de muchos programas informativos. Alguien puso un documental sobre unas operaciones que hacen los policías para descubrir crímenes y luego me sorprendo porque ese mismo noticiero hablaba de eso, de crímenes. Entonces siempre oigo esta respuesta: que hay que ver el noticiero para estar informado; y yo mando esta contrarrespuesta: ver un noticiero, con tanto amarillismo, no es para nada sinónimo de estar informado. Lejos de ello.
Hoy es fin de mes. Sociológica y psicológicamente es como un viernes; hoy podrían hacer un asado o una fiesta de cachacos, de rolos o de payaneses en una terraza hasta altas horas de la noche y no habría problema, puesto que el miércoles festivo no tienen que madrugar. Pueden armar una buena fiesta, con chorizos, pinchos, techno o Paola Jara. Claro está, luego de haber cerrado con las valoraciones de Tes bien calculadas y luego de haber visto el dato de desempleo que sale ahora.
Luego de almuerzos en Voodoo y de malteadas de arequipe hubo algo de escritura. Qué bello es cuando lo que uno quiere plasmar en el Word sí sale, cuando sí se concreta algo.
Pensaba en que la belleza sin amor es solo maquillaje, tarde o temprano al lavarse se quita. Es superficial y ahí queda, en el lavabo. El amor es el que hace que la belleza sea eterna.
De nosotros dependen que la belleza sea eterna.
