Me gusta siempre estar atento a lo que ocurre a mi alrededor en cuanto a publicaciones, programas de televisión, juguetes y aplicaciones se refiere. En la vida moderna hay muchas cosas curiosas y útiles que nos hacen la vida más divertida. No más dense una vuelta por las series de televisión, por las estanterías de los almacenes, por las ferias que se organizan en la ciudad o por la tienda de aplicaciones de su proveedor de telefonía celular. Las opciones son maravillosas e interesantes. Me encanta la modernidad.
En esta época nosotros, los padres de familia, estamos mucho más metidos en la educación de los hijos, además que el cambio tecnológico exige estar en el mismo nivel que ellos. Cualquier herramienta que fortalezca ese vínculo es bienvenida, no podemos quedarnos atrás.
Voy a empezar con una aplicación para aprender inglés que conocí. Se llama Cambly. Su símbolo es un pajarito rojo bastante amigable. Si entran en la tienda de aplicaciones la encuentran fácilmente. Lo que me pareció chévere, a diferencia de otras aplicaciones como Duolingo, es que primero Cambly te pregunta qué quieres lograr con el aprendizaje: si sobresalir en tu trabajo, aprobar un examen, estudiar en el extranjero, pasar una entrevista o simplemente mejoramiento propio. Luego de elegir tu objetivo, puedes elegir un tutor dentro de una amplia lista y comenzar a interactuar con él; básicamente es como si el tutor siempre estuviera ahí vía videoconferencia para cuando lo necesites.
Uno puede elegir cuántos minutos al día o a la semana quiere o puede utilizar. Así maneja uno su tiempo de manera más efectiva. Además, hacerlo con los hijos en la casa genera tal grado de interactividad que la experiencia se vuelve muy enriquecedora. Imaginen estar hablando por el celular con un profesor que les ayuda con el vocabulario, con las tareas o con cualquier duda que tengan, mientras están ahí en la casa con la familia. A mí me pareció bastante interesante, además que puedo ganar minutos si lo comparto y consigo nuevos usuarios. So good luck with That my friends!
Ahora me traslado a una Feria, la Feria del Hogar allá en Corferias. Habrá mil cosas, unas interesan más que otras. Pero les voy a contar qué se conseguirá: carros miniatura de Ferrari, para que los niños los manejen. La línea se llama Club Ferrari Kids y me llamó mucho la atención. Es decir, siempre había visto los carros pequeños para niños, de pilas y algunos con pedales, pero este es eléctrico. Sabía que existían versiones pequeñas de carros de marcas conocidas, pero en realidad nunca los había visto bien, son espectaculares. Así que si quieren un regalo sorprendente, pueden conseguirle un carro deportivo Ferrari, wow, a algún pequeño, bien sea amiguito, sobrino, hijo o nieto. O a mí. Yo quisiera uno pero ya estoy muy grande de tamaño lastimosamente (de tamaño, de mente no).
Hasta el 18 de septiembre estará la Feria del Hogar, así que apresúrense. Por último, también buscando en la oferta televisiva vi hace pocos días en Netflix una nueva serie. Decía que se llamaba “The Get Down” y que era sobre el surgimiento del Hip-hop en ese caótica Nueva York de los años 70s. Empecé a ver que era en el Bronx, me gustó la foto de inicio y empecé a verla, sin absolutamente ninguna influencia externa. No sabía que existía y me metí de lleno en los seis capítulos. Luego me enteré que era la serie más cara en la historia de Netflix y a los pocos días comenzó toda su estrategia publicitaria. Incluso aquí en Colombia la promocionaron en varios medios como si efectivamente fuera el año 1977 y hasta hicieron un video de mentiras con Jorge Barón, simulando la presencia de los protagonistas en “El Show de las Estrellas”.
(fuente: seriesenhdonline.com)
Buenos productos hay por doquier. Estaba en estos días en Farmatodo, quería algo de dulce y fue como si el hacedor del marketing mix de la droguería me hubiera leído la mente. Como si los diseñadores de la mercadotecnia me estuvieran mirando desde el espacio con una lupita. A los tres segundos volteé mi cabeza a la derecha y vi una dona empacada marca Ramo. Ya las venden empacadas, esas mismas que se consiguen en Dunkin’ donuts y demás. Naturalmente la compré, compré la dona empacada. Con esa sugar rush me entraron ganas de bailar y de hacer mixes en algunas buenas unidades Gemini, como las que tenía antes y ya se dañaron.
Sigo atento a las cosas que van saliendo. En esta entrega están estos productos, si ven más innovaciones me avisan.
