El conticinio. Dicen que es una de las palabras más lindas del Castellano, aunque aquí el concepto de belleza es relativo; no sé si sea la más bella, pero sí es innegable que es un término muy interesante. El conticinio es la hora de la noche en la que todo, absolutamente todo, está en silencio. Cuando me quedo leyendo hasta tarde, o tal vez escribiendo unas notas, tal vez esta misma nota que están leyendo en este momento, cuando no se oye nada alrededor y me percato que lo único era la nevera y su sonido se detiene, ese nuevo silencio, más silencioso propiamente dicho y redundante, más silencioso que el anterior, ahí es donde para mí entra el conticinio. Cada quien vive su propia realidad.
El conticinio puede ser un momento para el amor, para pensar, para dormir, para ir a la nevera y tomar algo. El conticinio es un cómplice. En medio del conticinio revisé mis apuntes y me llamó la atención el pobre desempeño, según los analistas, de la acción de Uber en su salida a la Bolsa: fue de 42 dólares y preveían un precio de lanzamiento de 45. Dicen que no fue bueno, así como en cierto momento cuando Facebook lanzó acciones tampoco lo fue. Independientemente de eso, ya Uber hace y seguirá haciendo parte de nuestras vidas, no importa que su acción esté alta o baja. Facebook también, así ahora cambie sus políticas y evolucione. En la nueva realidad siempre tendremos aplicaciones, softwares, cantantes, ropa y dinámicas que le hagan contrapeso o que más bien acompañen el conticinio.
La literatura también hace de las suyas. En el libro de Javier Marías, “Mañana en la batalla piensa en mí”, que sigue avanzando, que me tiene absorto, esa absurda e impredecible historia de la fallecida Marta Téllez, el narrador y Eduardo Deán, vi esta frase: “Un cortejo es la envoltura social de lo que no es más que instinto”. Es relativo, pienso que el cortejo es necesario, el cortejo es lo que nos distingue del resto de animales instintivos. ¿Qué opinan?
Imaginen todas las ideas que pasa en la mente, todo lo que apunto, todo lo que se filtra y les llega a ustedes por medio de estas letras. Gracias letras, gracias Castellano. El resto de ideas seguirán luego, se irán dosificando en el futuro. Quedan durmiendo en el conticinio, por encima de todos nosotros.