La vida esfumándose por dos mil pesos

Ayer llegué un poco tarde a la oficina. Resulta que iba en mi transmilenio, veía y analizaba los zapatos de los demás, andaba estrenando mi loción Invictus de Paco Rabanne (deliciosa, luego la pueden oler si me ven) e iba con mi código de vestir formal y voluntario (código voluntariamente formal). Esta vez no oía música y me comía uno de los inventos más grandiosos de la historia occidental: el queso con bocadillo. Iba ya casi llegando a la calle 26 y se trancó todo, estaba cerrada la estación. Así que el bus siguió de largo y me dejó en la calle 22. Pregunté qué era lo que pasaba, alcancé a ver una grúa y unos policías, no sé, de esos como de medicina legal, una ambulancia y muchas cintas de separación.

Me bajé en la 22 y caminé. Le pregunté a una señora, de las que usa chalecos rojos, y me dijo que un Transmilenio había atropellado a un hombre, creo que de veintitantos años, por tirarse de una ventana; no sé qué ocurrió bien, ni siquiera me he metido a internet a averiguar la noticia, no me interesan los detalles. Él perdió la vida por una bobada, ¿cómo se pueden sentir quienes lo aman, no sé, la mamá, el papá? ¿valió la pena tirarse? ¿vale la pena colarse, con tal de ahorrarse unos cuantos pesos?

Caí en cuenta de algo: morir es muy fácil; me decía una alumna, de hecho, que la vida es prestada. Yo le respondí con una frase que leí la otra vez: La vida es el arte de saber morir y la filosofía es el arte de saber vivir. Y sí, nada vale tanto como para perder eso; noticias malas, pérdidas monetarias, bla, nada en últimas vale más que la vida, que darle un beso a alguien, que oír música y que mirar a los ojos. Nada vale más que la sonrisa de quienes queremos.

Luego todo continuó. Llegué a la oficina y al cabo de dos horas había nuevamente servicio y nuevamente gente colándose. Todo se olvidó ya.

2 comentarios sobre “La vida esfumándose por dos mil pesos”

  1. ¡Maravilloso artículo, gracias por compartir tu visión!
    Recordé también que en el gran anime “Samurai X”, queda claro cuál es el reto al fin de cuentas: “Puedes perder la vida en cualquier momento, pero vivir requiere de valentía”.

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