Velas japonesas, bloqueadores solares y naturaleza viva

Me gusta sentir el viento, es algo que en verdad me hace recapacitar, puesto que el viento es la prueba de que la naturaleza está viva, de que está en constante movimiento. Es decir, si veo una montaña pues está inanimada; sin embargo, el viento es vida, es la presencia de la energía ahí y gratis. Este fin de semana fue de paseos en los que uno se da la oportunidad de repensar y de divagar; ¿y de qué herramientas dispongo a la hora de divagar? De las letras del abecedario, de un programa que las organiza metódicamente y del ingenio. Así transcurrió el fin de semana, mientras veía mis calcomanías del Principito, teniendo en cuenta que ya empieza marzo, escribiendo mi libro, sabiendo que vuelven los Jonas Brothers, sé de primera mano que viene Luis Miguel y muy a la espera de cómo se siguen formando las velas japonesas en los activos.

Es curioso: la estela que deja el comportamiento del precio de un activo financiero puede tener varias formas, puede ser espuma, puede ser flechas, círculos, para arriba, para abajo y el que pinta ese dibujo del comportamiento es el trader, el operador, el que hunde el botón comprando aquí, vendiendo allá y cotizando acullá. Los trader son pintores. El viernes el dólar cerró a 3.095 pesos y los agostos del 26 al 6.443%. ¿Las velas de hoy serán al alza o a la baja? No lo sabemos, los pintores serán los que vayan dejando el dibujo en las pantallas de negociación.

Y sí, como les decía, fue un fin de semana de muchas cosas lindas. De amor, juegos, tostadas, limonada, escritura, agua, retos, brinca-brinca, recomendaciones de libros de Historia, fríjoles, más amor, sonrisas en niñas y sol.

Esta vez sí me eché bloqueador, tranquilos.

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