El arte de estar “tecla 3”

Me gusta recordar siempre varias anécdotas que me ocurren y a veces pienso que es más gracioso escribirlas que contarlas a viva voz, no sé, pienso que lo que se escribe perdura por siempre. Me encantan los idiomas y siempre me he preguntado de qué forma hacen juegos de palabras en inglés, en francés o en ruso; claramente en todos lo hacen, sin embargo no sabemos con qué tanta sagacidad puesto que no estamos inmersos en dichas culturas específicas. En cuanto al idioma francés, les tengo un ejemplo perfecto: hace más o menos año y medio estuve en París y un amigo de allá me contaba que tenía un primo loco, como de catorce añitos, que siempre decía que estaba “defoncé”. Defoncé traduce loco, en las nubes, crazy, high. Hemos visto también que nos gusta siempre acortar las palabras: por ejemplo en vez de decir Literal decimos Lit y así. Entonces él ya no decía Defoncé sino DEF. ¿Cómo estás? estoy DEF. Pero el ingenio va más allá. Si recuerdan las teclas de los celulares viejos verán que en cada número había unas letras, fíjense. En la tecla 2 salía ABC, ¿ven que sí? Pues bien, él ya no decía que estaba Defoncé, ni DEF, sino que estaba tecla 3. Siempre estaba Tecla 3 el muchacho.

El mercado financiero a veces está Tecla 3, a veces uno lo está. Ayer hubo subasta de nuevos TES: son unos del año 2037, en UVR (unidad de valor real) y vencen el 25 de febrero de 2037. Son nuevos los títulos y cortaron al 3.76%, mientras otros títulos, los de agosto de 2026, cerraban al 6.38% y los de 2022 al 5.345%. Así quedó todo, habemus nuevo título.

Y bueno, respecto a la locura y esas cosas, divagando concluí que la euforia y la algarabía no son sinónimos de felicidad; la felicidad puede ser tan muda y prístina como la prudencia, como el silencio. Esa no se grita, tal vez sí se escribe.

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