Tenedores que sucumben ante la liquidez (escritura en dos actos)

 

Ayer los tenedores sucumbieron ante la liquidez. Lo bello del idioma español, o de todos los idiomas, de las letras que uno escribe para ustedes mis mejores lectores, para quien lee en Bélgica, Nueva York, Berlín o Santa Marta, es que esa anterior frase se puede interpretar de dos maneras, esa frase vista desde dos aristas representa lo ocurrido ayer en el mercado financiero, espiritual y gastronómico. Por un lado, los tenedores sucumbieron porque en La Urbana, el sitio de La Macarena de deliciosos almuerzos al que voy con frecuencia, el tenedor sucumbió ante la liquidez de una salsa de mantequilla de ajo de los spaghetti. Enrosqué de manera metódica para evitar salpicar, todo fue majestuoso y además oí una canción que shazameé mientras veía el cuarto capítulo de The Innocents: la canción era “Solo Dancing” de Indiana. Sí, los tenedores sucumbieron ante la liquidez. Fui feliz.

 

También ayer, los dueños de los Tes, o sea los tenedores, sucumbieron ante la liquidez, es decir ante todo el dinero que circuló ayer por el pago de intereses de los de vencimiento septiembre de 2019. Ayer pagaron algo más de 2 billones de pesos (millones de millones), esa plata entró, entonces los tenedores andaban platudos, incluso demandaron Tes de corto plazo al 4.798% y el bid to cover fue muy alto (4.86 veces). Además, como había mucha plata, le pidieron poquito al Banco de la República: 989.000 millones frente a un cupo de 6 billones.

 

Con la misma frase se explican dos eventos. Con las mismas letras. Esto es la vida en finanzas. Sonrían y amen. Haré un experimento: escríbanme su canción favorita del momento para ustedes. Su top # 1 temporal. Con eso haré un especial luego.

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