“Más allá del invierno”: así se llama el nuevo libro que tengo en mi haber, es de Isabel Allende, es del año pasado, van 30 hojitas leídas, está engallado con stickers, huele ya a Cartier y bueno, pinta muy bien, se ve como un pastel de esos que no quieres dañar pero que indefectiblemente irán sucumbiendo a cada cucharada, irán desvaneciéndose a medida que el hambre o el antojo se van saciando. A la par de esto, hubo compras en los bonos colombianos, bajando la tasa de los benchmark, o sea de los julios del 24, hasta el 6.18%. También el dólar se devolvió hasta los 2.960 pesos.

Vi un Euro a 1.1596 dólares y, siguiendo con el tema externo, se publicaron las minutas de la Reserva Federal de Estados Unidos sin mayores sorpresas; con esto, los Tesoros de 10 años oscilaron entre el 2.8063% y el 2.8352%.

Finanzas, tesoros, subastas de Tasa Fija y Euro. Algo también acompañó lo anterior ayer: la pesca del día en un restaurante llamado Meridiano; queda en el Centro Internacional por las gradas que llevan a la plaza de toros. Venía este pescado en cama crocante de quinua, aguacate, una salsa impresionante servida en un recipiente de cerámica adyacente al plato y, por último, un buen postre de maracuyá. Todo fue sublime.

Hay algo que mencionan en el libro: se refiere a que la protagonista, cuando estaba en su tierra natal Chile, se reía en español. Ahora está de inmigrante y le toca reír en inglés. Riámonos y gocemos en cualquier idioma, el corazón es el mismo.