Mamma Mia, nemos al vuelo y Rock al parque

 

A menudo es por las tensiones comerciales de Estados Unidos con China, ya casi siempre oigo ese argumento; luego es porque no hay tensiones. Sanciones, aranceles, en fin. Es el eterno devenir dentro de la búsqueda incesante de razones del porqué algo sube o baja. Y cuando un argumento se repite tanto, pues deja de ser argumento, o más bien debería dejar de serlo. Así son las cosas: para actualizarnos, apunten por ahí que el dólar quedó a $3.033 y los julios del 24 al 6.239%.

 

Querido diario, o querido amigo lector, este fue un puente de Rock al parque en Bogotá (con las locas de Pussy Riot visitándonos), del festival Petronio en Cali (ahí no rock sino música del pacífico), de Alimentarte, de Sushi Master, de domicilios, de literatura, de techno y de obras de teatro del National Theatre de Londres. Qué locura Yerma, qué buena obra. Billie Piper merece todos los premios que se ganó, qué buena actriz. Por otro lado, el viernes, durante unas pruebas con la Bolsa de Valores, aprendí sobre un término curioso: “Nemo al vuelo”. Es como un nemotécnico temporal, un nemo al vuelo, un nemo efímero. No pude evitar pensar en Nemo, el pescadito, y soltar una que otra lágrima. Pensé también en mi momia de Hotel Transylvania y sonreí.

 

También me vi “Mamma Mia: vamos otra vez”. Excelente el papel de Cher, y cuando cantan Waterloo (creo que mi favorita de Abba) fue una escena memorable. Todo memorable, todo hermoso. Póngale atención al cortometraje previo, llamado “Mendigo Ruido”. Arruga un poco el corazón; siempre hay cosas que nos conmueven, que nos recuerdan que somos humanos.

 

El corazón latiendo. Antes que nada, somos humanos.

 

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