En estos días estuve leyendo un informe en el que, entre otras cosas, hablaban de una asignatura, la más difícil de la carrera de Economía: la Econometría. Para los que no están familiarizados con este a veces álgido tema, les digo que la econometría es como poner la estadística al servicio de la economía. Entonces digamos que si yo presupuesto que la producción de un país para el año 3.154 (cuando estrenen Rápido y Furioso 246) depende en un X% del valor de las exportaciones y un Y% de la combinación entre uno y otro factor, es porque he hecho un análisis econométrico. Y dentro del tema econométrico, la autora mencionó un clásico: el modelo GARCH, que significa modelo general autorregresivo de heterocedasticidad condicional. Da miedo leerlo, seguro habrá quien diga que le da meningitis, pero pues sí, cada ciencia tiene su erudición.

Cada carrera tiene su “coco”, o materia difícil. No sé, en Administración de Empresas es “corpo”, o finanzas corporativas; en Medicina es “neuro”, o sea neurología. Y así; no sé cuál sea la más difícil en bionanorrobótica o en traducción simultánea o en la carrera de Restauración de obras de arte, lo que sé es que seguro será referida con un diminutivo. Habrá también quien diga que su coco es el dólar de ayer a 2.988, o quien tenga pesadillas con los Tes de corto plazo, también de ayer, al 4.78%.

Cada quien ha tenido o tiene sus propios cocos, sus propias regresiones y sus propios modelos. La clave es no ser nosotros cocos de nadie. La clave es ser estocásticos e impredecibles en vez de deterministas.