Unidad, Victoria, sopranos y júbilo en Rusia

Ayer a muchos se les mojó el vestido. Hay momentos en los que no hay nada qué hacer, hay momentos en los que no importa la actividad que estemos haciendo; si llega a llover, pues tocó hacerse a la idea y mojarse, no importa que tengamos un traje fino de los de Arthur Street. Eso pensó Macron y Kolinda, mientras ambos, cada uno con el mayor ímpetu y el mayor afecto, felicitaban a los jugadores, todos ganadores. Antes del partido, vi a Diplo (me acordé porque lo vi en el Estereo Picnic), a la soprano Aida Garifullina, a Era Istrefi (con sus labios a lo Kylie Jenner) y a Natalia Vodianova, bella modelo de quien tenía conocimiento hace rato por la Vogue y quien custodiaba en caja Louis Vuitton la copa famosa del Mundial.

Ya casi lo olvido, pero el viernes el dólar cerró a 2.860,20 pesos y los julios del 24 al 6.159%, ante correlaciones, que a veces se incrementan y a veces disminuyen, con el peso mexicano. Con pocas referencias y noticias, he de otorgarme la licencia para continuar. En la vida hay muchas coincidencias: por ejemplo que un árbitro, alguien que pita, se llame Néstor Pitana; esa coincidencia solo es comparable con mi época de universitario, en la que la administradora de la librería de la Universidad era de apellido Libreros.

 

Y leí esta frase por ahí: Where there is unity there is always victory. Lo dijo Publilio Siro, un señor de la antigua Roma, que nació en el año 85 antes de Cristo. Vea pues, él hace como 2.100 años atrás ya la tenía clara. Tal vez era futbolista o escritor.

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