HOMBRES G, LOS DELTOIDES Y ESOS MÚSCULOS EN LAS LETRAS

Vi por ahí que hace unas semanas el grupo famoso de rock en español Hombres G visitó Popayán. Dieron un concierto buenísimo, almorzaron en Mestizo, no sé si pidieron marcapasos con tomate y bueno, supongo cantaron todos los himnos que los hicieron tan famosos. Respecto a esto, haciendo una especie de paréntesis, he visto cómo  dentro del repertorio de canciones, en este grupo y en todos los demás, sea el género que sea, las groserías generan todo tipo de pensamiento máximo pecaminoso. Generan siempre risas y rompen hielos, eso ocurrirá en todas las generaciones.

Se me vino a la mente, a propósito, todas las fiestas en las que ponen “Devuélveme a mi Chica”. Puede ser que la niña o el niño no se sepan 100% la canción, puede haber lagunas o baches, pero la parte en la que manifiestan de quién se quieren vengar, ahí en ese preciso instante en el que dicen voy a vengarme, ahí, las niñas se miran entre sí con complicidad, los niños sonríen, llenan aire en sus pulmones, tal vez alguno hasta Salbutamol se aplique, para poder gritar, ahí sí, a todo pulmón de quién se quieren vengar. Si la letra fuera diferente, no sé, si David Summers hubiera querido vengarse de ese pisco, de ese pendejo, de ese niñito, de ese mucharejo o de ese vergajo, tal vez el efecto mediático hubiera sido diferente, la gente no lo recordaría tanto.

Se me vino a la mente otro caso mediático de los hombres G. Había un video de una mujer fisicoculturista y la canción se llamaba “Una mujer de bandera”, como decir una mujer brava, con carácter, de armas tomar. Entonces al pobre y vapuleado David Summers le tocaba declarársele y decirle que le encantaban sus bíceps, sus deltoides y esos músculos que si fueran los de la rodilla, del muslo o de los senos no hubieran generado tanto paroxismo, tanta confitura y tanto picante. Se me viene a la mente nuevamente en las fiestas a los niños tomando aire, más Salbutamol, para decir que me encantan tus bíceps, tus deltoides y esos músculos en esa zona ominosa y provocativa. Sí, creo que estas dos canciones de este grupo español dejaron más de una garganta ronca. Más de un moretón y de un levante.

Les dejo un aliciente. No crean que si oyen Hombres G ya están catalogados como cuchos o cuchibarbis u ochenteros. No, nada más lejano de la realidad. Ocurre con estos grupos algo extraño, les diré un secreto: aun los ponen en fiestas, incluso fiestas de niñas nativas digitales e hipermodernas. Soy testigo de eso. Hace poco en un cumpleaños sonó hombres G, Mis ojos lloran por ti (¿es en serio?), Zombie de The Cranberries y hasta Mi Agüita Amarilla.

Hombres G es un grupo ochentero y noventero que a todo el mundo agrada. Seguro en 5 años volverá o en 10 años también, seguro en 60 años estarán en el estadio nuevamente, junto con Vilma Palma e Vampiros; seguro la gente querrá vengarse del muchacho del Ford Fiesta blanco con el mismo ímpetu y querrá ver esos músculos de la fisicoculturista en el paroxismo. Ahí estarán todos nuevamente.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.