Balada de los efectos de un estornudo en la economía

Todo está entremezclado en la vida. Puede ser que si yo estornudo para el lado derecho y no para el izquierdo en el Transmilenio, o en el bus, o en la zona VIP del aeropuerto de Dubái, las bacterias y los Little gérmenes que salen volando lleguen a la persona indicada, o no indicada, y se produzca que ella reaccione o sobrerreaccione, puede ser que se choque o puede ser que se enamore de mí, que le gusten mis zapatos, que me quiera besar, que ponga una caución o que motive a la elaboración de una ley anti-estornudo. Todo por un evento: no sabemos a quién podemos afectar, no sabemos quién nos lee ni quién nos mira. Asimismo, en la economía un evento puede llevar a otro, ayer por ejemplo se subió de tasa un bono de Italia del 0.60% al 1.833%, un bono que nadie miraba antes.

 

Si alguien vendió Tes aquí en Colombia, algo que efectivamente pasó, ¿qué porcentaje lo hizo porque vio la subida de ese bono italiano, ese Boccato di cardinale? ¿qué porcentaje lo hizo porque me oyó estornudar? ¿qué porcentaje lo hizo porque leyó noticias sobre Trump y las Coreas (las Coreas y las correas, podría decirles)? No lo sabemos, el hecho es que hay interrelación. Europa nos afecta, ellos no pueden ir quitando sus ayudas cuantitativas tan de una, así tengan toda la cultura y bufandas bávaras bellas. No lo pueden hacer.

 

La vida, financiera y no financiera, genera zipizapes y sinfonolas, donde cada quien aporta a su destrucción o a su construcción. Hoy habrá subasta de UVRs de 2049, ténganlo presente, serán 750.000 millones. Les avisaré. Hoy coqueteó Italia, luego puede ser Rusia, Alemania o Brasil. No más vean a Nina Kraviz: esa sí es la verdadera globalización.

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