Lo facultativo y lo obligatorio

Luego de trancones engorrosos debido a cancelaciones de conciertos de Don Omar, luego de bastante estudio, volleyball y luego de imaginar historias que entremezclan pasado con futuro, luego de vivir tantas cosas en mi mente y en la realidad, una realidad que no siempre es tan real, luego de que el cerebro filtre lo que necesita, ya que no todo el 100% de lo captado es ni asimilado ni aceptado, vengo por aquí a contarles lo ocurrido el viernes financiero. El viernes ocurrió algo extraño e inesperado: los títulos considerados más líquidos en Colombia, los que más generan voz a voz y preguntas, operaron por debajo del 6%, cerrando al 5.97%. Cuando se rompen niveles teóricos y numéricos, la mente rompe niveles psicológicos. Cada quien rompe sus propios niveles técnicos y personales.

 

Está lo facultativo y lo obligatorio, dos aspectos de la vida cuya decisión, si bien depende del entorno, en últimas dependerá de la persona; dependerá de cada quién qué es verdaderamente facultativo y qué es verdaderamente obligatorio.

 

Luego del rompimiento de niveles de Tes por inflaciones bajas, Z-spreads, implícitas, sorpresas y gaps, a la 1:15pm, degusté un arroz vasco del otro mundo, mientras me acostaba en el restaurante; le pregunté a la mesera si podía hacer siesta, ella dijo que sí, que a veces algunos clientes lo hacían; mezclé vinagre balsámico con aceite para el pan, mordí con los ojos cerrados las aceitunas, me sumí en el placer de la gastronomía. Fue una experiencia deliciosa, ahí rompí unos cuantos niveles del buen gusto.

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