El curioso y nostálgico caso del otoño de los noviembres del 18

  

Los tiempos cambian. Tal vez lo que antes era un hit y lo máximo ahora ya no lo es. Así será con todo en la vida. Vemos fotos viejas y nos apenamos por la ropa de varios años atrás. Ahora las quinceañeras lucen sus mejores pintas, pero vengan les digo un secreto, niñas y niños: no importa cuánto se esmeren por vestirse bien ahora, no importa; en veinte años la foto les dará pena. Es una verdad irrefutable.

 

Decía lo de las modas porque ayer una niña me preguntó cómo estaban las puntas de Tes de Noviembre del 2018 en el Sen. No los vi por ningún lado, pensé que el hacker, ese mismo hacker que se adelantó con varios episodios de HBO, los había borrado, no sé. Hasta me dio nostalgia. Tuve que responder que no, que no estaban siendo transados a esas tempranas horas. Antes eran muy líquidos, ahora están más bien secos y mustios. Ya van entrando al otoño, el otoño de los noviembres de 2018.

 

El que sí está en verano es el dólar. Vale ahora 2.972,95 pesos. A una lectora le había vaticinado un nivel que no puedo divulgar aquí en público y pues ese nivel se está alejando poco a poco, así como se alejaba el balón de volleyball en la película de Náufrago. Tengo hasta el viernes a ver qué pasa, a ver si le atino al nivel.

 

En futuros vi 49 mil millones con agostos de 2026, donde pude arañar algo por ahí con unos buenos clientes.

 

Hay que arañar a la vida, así es. Arañar sin rasguñar.

 

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