Nos acercamos a la semana previa a Semana Santa y es un hecho que los volúmenes, es decir los montos operados por las entidades financieras en operaciones de compra y venta de títulos valores y divisas, mermarán un poco. El sentimiento general es la tendencia bajista, la expectativa generalizada de que las tasas de interés en un futuro, no sé, de aquí a fin de año, estén aproximadamente a un 6.50% o menos. Esas expectativas generan unos patrones de comportamiento en los operadores y eso es totalmente válido, como todo comportamiento humano mientras tenga su explicación.
Vemos ahora que el dólar cerró el viernes a 2.886,30 pesos. También hay niveles histórica y objetivamente bajos en los títulos de aquí, los TES: por ejemplo, los julios de 2024 valoran a un aproximado 6.47% y los de mayo de 2022 cierran al 6.234%. ¿Ante eso cómo actuar? Complicado, no sé la respuesta y precisamente lo bueno de vivir es no saber respuestas.
También hay refugio en la tasa fija de Estados Unidos: allá la referencia de 10 años había abierto al 2.4107% y cerró al 2.3874%. Pero como no todo en la vida son números, también hubo coincidencias extrañas: el sábado 1 de abril me estuve desatrasando en una serie, cuyo nombre no es relevante, y el primer capítulo que me vi trataba del April Fools, día de bromas que precisamente ocurre el 1 de abril. Nadie me dijo que viera el capítulo precisamente ese sábado, en fin. April Fools, día de bromas. Este mes empieza con sus sorpresas, perspectivas, agüeros familiares y nuevas cosas que irán viniendo.
Por último, ya se está gestando todo lo del Brexit. Vienen 18 meses de negociación y 6 de ratificaciones, algo que no es nada fácil y es bastante engorroso, supongo. Además, esto está unido a un clima incómodo en Escocia e Irlanda. Lo que ocurra de ahí en adelante también podría genera volatilidad en las monedas.
Abril, expectativas mil.
Buena suerte para hoy!